Las claves para rentabilizar mejor una organización dependen de multitud de factores tanto internos como externos. Cada caso y cada organización es distinta, aunque la combinación de estrategias, operaciones y personas tienen mucho que ver con el éxito de la pyme. Es importante mantener una buena estrategia para mejorar la rentabilidad de la empresa. Si tu propósito es aumentar la rentabilidad de tu negocio, sigue leyendo.
Esta es una pregunta clave con la que nos encontramos a diario todas las personas implicadas en gestionar la pyme o asesorar al empresario, todos quieren mejorar la rentabilidad del negocio. El primer problema con el que nos encontramos normalmente es que la casuística nunca es simple, por lo que la respuesta a la pregunta tampoco lo es y los factores que consiguen hacer rentable una pyme son múltiples.
Lo habitual es que las pymes que funcionan y rentabilizan su actividad lo hagan gracias a un amplio conjunto de factores y particularidades. Se deben hacer muchas cosas bien para mantenerse y ganar dinero en un entorno tan competitivo como el actual. De la misma forma, cuando las cosas no van bien, lo más usual es que sean varios los factores que no acaban de rodar correctamente. No hay pastillas ni fórmulas mágicas, sino entrenamiento y muchas teclas a tocar bien para que suene la nota de la rentabilidad.
Tras el análisis de cientos de casos y empresas, en Iberdac llegamos a la conclusión de que la rentabilidad de la pyme está totalmente ligada a 8 aspectos clave que acaban marcando la correcta evolución de este tipo de organizaciones y que optimizan la rentabilidad de manera efectiva:
En general es la opción por la que consideramos que debe apostar la pyme de hoy. El crecimiento de la pyme puede ayudarla a ganar esa competitividad que tanto requiere para hacer frente al mercado y organizaciones de mayor dimensión. Orientar la pyme hacia el crecimiento, sin perder el control, puede contribuir a:
El entorno, la competencia y la cadena de valor que la empresa pone en el mercado son factores que serán el fundamento para encontrar las mejores estrategias para una organización. Hacer mucho esfuerzo sin haber centrado y reflexionado una opción estratégica correcta, puede acabar con el agotamiento del empresario, su organización y los recursos disponibles.
Los márgenes ya no son lo que eran. Al amarre de su empresa solo le sobran unos pocos centímetros por cada lado; sin instrumentación y sin datos, no podrá hacer las correcciones necesarias con la rapidez suficiente.
Uno de los factores clave que el empresario debe controlar para rentabilizar su empresa es saber discriminar el nivel de contribución de cada una de las operaciones de su empresa.
Mejorar la rentabilidad en un entorno de gran competencia ya no deja margen para estar perdiendo con ciertos clientes, productos, mercados o distribuidores lo que se gana con otros. Mejorar la rentabilidad de la pyme consiste, en gran medida, en minimizar las operaciones que no aportan valor, pero para minimizarlas, primero se requiere identificarlas. Una contabilidad analítica o un correcto sistema de costes son parte de la instrumentación que precisa la pyme en este sentido pero, por desgracia, estas herramientas están menos extendidas de lo que sería deseable.
Si el negocio no va de manera sostenida en el tiempo, no se cierre a investigar nuevas opciones estratégicas o cambios en el modelo de negocio. Normalmente la solución a esa situación de falta de rentabilidad que está sufriendo no sea empeñarse en hacer lo mismo de la misma manera.
Ábrase a nuevas opciones y empiece a reflexionar qué cambios ha sufrido el entorno y cómo adaptarse a estos.
Por desgracia, se hace demasiado habitual observar pequeñas empresas cuyo problema principal es carecer de experiencia y estructuras comerciales que permitan una comercialización adecuada de sus productos.
Defender un posicionamiento que permita alejarse de estrategias fundamentadas en la competitividad en precios será clave para la pyme. Esto obliga a aprobar las asignaturas de diferenciarse de su competencia, ser flexibles y demostrar una calidad de producto y servicio importantes, necesidades que obligan a la pyme a organizarse y profesionalizarse.
Prestar atención a estos pequeños mercados puede ser un factor clave para conseguir diferenciarse de su competencia y dar valor a las capacidades de adaptación y flexibilidad de su pyme.
Curiosamente, a cada una de estas claves para el éxito les aparecen múltiples enemigos a los que no podemos perder de vista, y sobre los que debemos actuar (la reticencia al cambio, la pereza, la falta de organización, el miedo al crecimiento, las dificultades de delegación, el sesgo de confirmación, una mala gestión del tiempo, errores en las políticas de recursos humanos, la falta de experiencia de los equipos, etc.).
Si internamente no consigue implantar o visualiza dificultades en conseguir alguno de estos objetivos, considere la opción de buscar ayuda externa profesionalizada. Iberdac dispone de los equipos y de la experiencia necesaria para ayudarle a trabajar y conseguir alguno de estos objetivos clave para la rentabilidad. Póngase en contacto con nosotros y atenderemos su caso concreto.