El liderazgo, la capacidad para resolver conflictos, el cuidado del trabajo, la calidad y la excelencia, la innovación, la adaptación a los cambios… son tantos los aspectos a tener en cuenta a la hora de organizar una empresa, que casi no sabemos por dónde comenzar.
Sin duda, lo primero que debemos conocer es cuál es la situación real de nuestra empresa. Muchas veces, el trabajo diario, la preocupación por la rentabilidad o la comercialización en un momento determinado nos impide dedicar el tiempo suficiente al análisis y la estrategia del negocio.
Y, sin conocer el estado real y presente de nuestra empresa no podemos avanzar, y mucho menos crecer. ¿Cuáles son los puntos débiles más habituales y cómo podemos identificarlos?
Podemos comenzar con un análisis que llevemos a cabo de manera autónoma, identificando nuestras debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades mediante un análisis DAFO. Es un comienzo que nos dará una imagen general de nuestra circunstancia empresarial y una pequeña idea de cómo nos encontramos.
En muchos casos, si queremos disponer de un diagnóstico más completo, efectivo y orientado a los objetivos de la empresa, lo mejor es contar con la ayuda de profesionales o consultores externos que aporten al diagnóstico empresarial aspectos que son claves para llegar a las mejores conclusiones:
Fortalezas y debilidades se encuentran siempre dentro de la organización; identificarlas es el primer paso para poder llevar a cabo una planificación estratégica en la que se consoliden esos puntos fuertes, y se organice la manera de solventar y mejorar los puntos débiles con respecto a la competencia.
La gestión financiera de la empresa es clave, tanto para el crecimiento como para la continuidad del negocio, puesto que la falta de control operativo o los problemas de cashflow pueden causar grandes desequilibrios en la pyme.
Mantener el control de la sostenibilidad del negocio pasa por llevar una gestión y control financiero a los que les dediquemos los medios y recursos necesarios.
Asegurar los recursos y contar con una planificación económica adecuada nos permitirá anticiparnos a situaciones de tensión y adelantar la toma de medidas correctivas.
Obtener más recursos y hacer crecer la organización pasa por gestionar correctamente nuestros recursos y poder ofrecer una imagen clara de nuestras previsiones a posibles inversores o financiadores.
Siempre debemos tener una visión económica de la empresa a largo plazo que nos permita planificar objetivos y las acciones a emprender en el corto y medio plazo.
La disminución de las ventas, el cambio de clientes o productos o atravesar una crisis temporal pueden hacer que los márgenes caigan.
Detectar a tiempo estas situaciones es fundamental para poder tomar medidas a tiempo: revisar políticas de precios, producto, distribución, variar la estrategia de compras, ventas o promoción, diversificar clientes, etc.
Podemos mejorar las operaciones empresariales, la estrategia y la toma de decisiones si conocemos la rentabilidad de la empresa en todas sus vertientes: rentabilidad por producto, por cliente, por servicio o por punto de venta serán la base de la información económica que necesitaremos para nuestro análisis empresarial.
Saber dónde ganas y dónde no es clave para mejorar la rentabilidad de cualquier organización. Si no estás seguro de estar controlando estos puntos débiles contacta con nosotros y resolveremos tus dudas sin compromiso.
Cualquier operativa empresarial va ligada en la actualidad al uso correcto de un software de gestión que cubra las áreas clave del negocio.
Desde software para el control financiero o la contabilidad, hasta sistemas integrales ERP que nos faciliten el control y el análisis estadístico de la actividad empresarial.
A medida que pasan los años, un error en este sentido cada vez trasciende más (un software poco adecuado o mal implantado es un lastre que puede afectar a todas las áreas de la empresa).
La formación sostiene la mejora continua y la motivación de las personas. Solo haciendo crecer a nuestros equipos garantizaremos la viabilidad y continuidad de cualquier proyecto.
Si buscamos un crecimiento a largo plazo de nuestra pyme no podemos permitirnos que nuestros equipos no avancen con los tiempos y en su preparación. Solo en un avance de conocimiento constante podremos mantendremos la posibilidad del crecimiento sostenido de la pyme.
Para que el análisis empresarial sea realista y dinámico, la obtención de la información de los diferentes departamentos debe obtenerse fácilmente; es muy importante contar con procedimientos de trabajo que aseguren una comunicación interna fluida y suficiente.
Los equipos deben imbuirse de la metodología que les permita ser más eficientes e innovar en la gestión económica de la empresa. Hay que crear circuitos administrativos eficientes que ayuden a mejorar la productividad.
La toma de decisiones se basa en un análisis sistemático de la realidad y de los escenarios que se pueden presentar a futuro. Dedicar el tiempo necesario al análisis es básico para garantizar la estabilidad en la pyme y asegurar los tiempos de reacción.
Si desea ver cómo podemos ayudarle a incrementar su volumen de negocio, puede contactar ahora con uno de nuestros delegados.