Existen diversos métodos para valorar una empresa. Los métodos del valor contable o el valor del activo neto real están basados en el valor patrimonial de la empresa, y usan principalmente el balance de la empresa como como fuente de información para establecer el valor de la sociedad.
Otros métodos, como el PER, se centran en los beneficios que la empresa ha generado en el pasado reciente, utilizando la cuenta de explotación como base sobre la que realizar el cálculo de la valoración. El origen de los datos de estos métodos son los últimos ejercicios contables de la empresa.
El uso de criterios históricos puede plantear un problema cuando dos sociedades con balances y cuentas de explotación similares, pero con capacidades muy dispares de generación de beneficios futuros, tienen la misma valoración. El método del descuento de flujos de caja se diferencia de los métodos anteriores por usar estimaciones de los resultados futuros de la empresa, no los pasados. Al comprador le interesan los beneficios que recibirá en el futuro, no los que pudiera haber recibido si hubiera invertido en el pasado.
De hecho, el descuento de flujos de caja es uno de los métodos más utilizado de valoración de empresas, ya que estima el valor de la empresa en función de la capacidad de generar dinero (flujos de caja) para los accionistas.
El método consiste en hacer previsiones de ventas, gastos, variaciones en las necesidades operativas de fondos (existencias, saldos de clientes y proveedores), inversiones y endeudamiento necesarias a partir de la situación patrimonial de la empresa, tendiendo en cuenta las acciones que la nueva propiedad habrá efectuado.
Las ventajas de este método pueden centrarse en dos:
A partir de estas previsiones, se calculan los flujos de caja (normalmente, las diferencias entre los ingresos y las salidas de caja o Free Cash Flow) para los próximos ejercicios. El horizonte temporal puede estar entre los 5 y los 7 años. A mayor plazo, mayor incertidumbre de los flujos calculados.
Una vez previstos los flujos futuros de caja, estos se convierten en un único importe en el presente mediante una técnica financiera llamada actualización. Una decisión importante es el tipo de descuento a utilizar para actualizar los flujos. Con frecuencia se usa el coste medio ponderado del capital, también conocido por sus siglas en inglés, WACC.
El WACC tiene en cuenta todas las fuentes de recursos financieros de la empresa, ya sean propias o ajenas. Para calcularlo, se tiene en cuenta tanto el nivel de fondos propios y el coste de su retribución, como el nivel de endeudamiento y su coste financiero, así como la tasa impositiva sobre los beneficios de la empresa.
El importe resultante de la actualización es el valor actual de una serie de flujos futuros. El WACC, a través del coste de la financiación, incorpora un elemento medidor del riesgo inherente a valorar en una cifra actual un flujo de caja futuro.
Las etapas principales para realizar una valoración por el método de flujo de caja son las siguientes:
Este método debe ser aplicado por analistas y asesores técnicos con experiencia en colaboración con el personal clave de la empresa en venta, pues en su aplicación por legos en la materia pueden cometerse errores de consideración, desde los más clásicos (previsiones de ventas poco sensatas) a otros más sutiles (usar el periodo anual para el análisis de empresas con una fuerte estacionalidad en las ventas y actividad).
La valoración de una empresa es siempre una opinión, cualificada si ha sido efectuada por un profesional, pero una opinión. Para que el vendedor tenga su propia opinión formada es necesario que realice la valoración de su empresa usando varios criterios, pues de esta forma puede hallar más fácilmente el ancla sobre la que basar el precio de venta.