Enumeramos las claves para encontrar personal y resolver lo que la inmensa mayoría de empresarios reconoce como unos de los grandes problemas al que se debe enfrentar. La dificultad de encontrar personal, ya sea con el nivel de calificación necesario o, simplemente, que tenga buenas actitudes hacia el trabajo. Este es un tema que afecta de forma muy grave a la empresa, pues le impide crecer y expandirse, sustituir a trabajadores que se jubilan o simplemente sufren una baja laboral de unos meses.
Este fenómeno se produce en todos los sectores económicos, en empresas de cualquier tamaño y afecta a los empleos de todo el espectro de cualificaciones, desde peones agrícolas o vendedores hasta abogados o ingenieros de datos.
Muchos empresarios se preguntan ¿por qué no encuentro personal? Conocer las causas de la dificultad en encontrar personal es el primer paso para que el empresario pueda emprender planes de acción dirigidos a ponerle remedio.
En otras ocasiones hemos hablado de lo mucho que le cuesta al empresario encontrar personal competente o, incluso de los despidos, un problema o una solución, pero hoy nos centraremos en las claves para encontrar personal para mi empresa.
Las causas que provocan una menor disponibilidad de trabajadores son muchas y diversas. Algunas son generales, mientras que otras son específicas de algunos sectores económicos o lugares. Pero todas ellas afectan a la disponibilidad de personal. Estas causas son las siguientes:
1.- El trabajo ha perdido importancia respecto a otros aspectos de la vida de las personas. Ahora la conciliación familiar, las relaciones sociales, la dedicación a proyectos personales, o simplemente disfrutar de la vida han ganado peso específico respecto al trabajo. El trabajo ya no es el protagonista en crear una identidad personal, sino que ahora las personas se definen principalmente por lo que hacen fuera del trabajo y, en menor medida, por lo que hacen en el mismo.
2.- La sociedad es mucho más exigente con el trabajo. Las personas esperan del trabajo mucho más que hace un par de décadas. Se espera que el trabajo permita que la persona pueda desarrollar aspectos de su personalidad, como pueden ser la creatividad, el aprendizaje de cosas nuevas o la relación con otras personas. También se es mucho más exigente en materia de seguridad laboral, y la tolerancia hacia aquellos factores del trabajo que aportan penosidad (trabajo a la intemperie, esfuerzo físico, turnos nocturnos, horas extras estructurales, horarios variables, trabajo en festivos o muchos viajes largos) se ha reducido drásticamente.
3.- La falta de estabilidad de la relación con la empresa. Este factor también es muy importante. Si la empresa está acostumbra a contratar de forma temporal a una parte numerosa de su personal, si la rotación de personal es alta, el trabajador de nueva incorporación supone que él tampoco durará mucho en la empresa. En otros casos, la necesidad de flexibilidad de las empresas les obliga a variar la dimensión de su plantilla según se presente la situación económica. El resultado es que nadie espera conseguir el premio otorgado a los veinticinco años de servicio en la misma empresa. Con este pensamiento, el trabajador no encuentra motivos para esforzarse para quedarse en la empresa, y cuando está buscando trabajo, su expectativa puede ser la de simplemente trabajar unos meses.
4.- La desaparición de los oficios. El número de personas que acceden a la universidad es desproporcionado con las necesidades del mundo empresarial. Pero la calidad del sistema de formación profesional es irregular, y tampoco acoge al número de personas necesario para cubrir las necesidades de la economía. Anteriormente el sistema de formación profesional reglado era peor, pero las mejores empresas creaban los mecanismos necesarios para formar de base a sus trabajadores, a través del sistema de aprendizaje. Por diversos motivos, entre ellos la rotación de las plantillas, este sistema ha desaparecido, y no ha sido substituido por nada que sea efectivo.
5.- La pérdida de atractivo de la “vieja economía”. Una parte relevante de la juventud no tiene ningún interés en trabajos tradicionales. Han aparecido muchos nuevos puestos de trabajo en la economía digital que llaman mucho más la atención y parecen mucho más atractivos, aunque frecuentemente las condiciones laborales (salario, horario, estabilidad) dejan mucho que desear. La clave de su atractivo es que los nuevos puestos ofrecen la posibilidad de desarrollar la creatividad de la persona de una forma mayor que los de las empresas tradicionales.
6.- El propio modelo de negocio de las empresas. En los últimos veinte años se ha pasado de una economía industrial a una basada en los servicios. La inmensa mayoría de los servicios necesitan muchos más trabajadores que una industria. Adicionalmente, en lo servicios son los trabajadores los que “fabrican” el producto y este no se puede almacenar, con lo que las necesidades de formación y entrenamiento, así como la disponibilidad de trabajadores a la demanda también son muy importantes. La ausencia de tres trabajadores en una empresa de servicios durante un día de trabajo intenso puede ser equivalente a la desaparición de una máquina (o tres máquinas) en una fábrica por cinco días.
7.- La baja productividad de las empresas. Ligado con el punto anterior, la baja productividad de las empresas afecta a las condiciones del trabajo. La productividad, definida como la relación entre número de trabajadores y resultado, es más baja en España que en otros países europeos, haciendo que se requieran de más trabajadores para conseguir el mismo resultado. Esto afecta a empresas y trabajadores por dos caminos distintos. En primer lugar hace más imperiosa la necesidad de los mismos cuando la empresa crezca y provoca que sobren más trabajadores cuando la faena baja, y en segundo lugar la baja productividad provoca que las condiciones de trabajo (salario, inversiones en formación, seguridad,..) sean peores, haciendo menos atractivos este tipo de puestos de trabajo.
8.- Una estructura salarial no adecuada. En las empresas, los salarios arrastran la historia acumulada del negocio: periodos de bonanza y de crisis, momentos en que determinado empleado estaba excelentemente considerado y periodos en los que ya no, por ejemplo. El resultado de esta estructura es que pocas veces se da una relación equitativa entre los que se aporta y lo que se percibe, dejando poco espacio para que las nuevas incorporaciones puedan tener una buena progresión salarial.
9.- El nivel de riqueza de la sociedad. A pesar de unos altos niveles relativos de desigualdad, el nivel medio de renta de las familias ha ido aumentando de forma paulatina. Este incremento de renta reduce en la mayoría de los casos la necesidad de trabajar “a cualquier precio”, siendo cada potencial trabajador el que define el precio o salario mínimo por el que quiere trabajar. El nivel de paro estructural de la economía española puede indicar que muchas personas consideran que el nivel salarial ofrecido no es suficiente como para motivarles a trabajar, o para aprender un oficio que les abra las puertas de un trabajo. Estas personas encadenan trabajos temporales y periodos en situación de paro.
10.- La baja densidad de población de la localidad en la que se halla la empresa. En las zonas rurales y con estancamiento económico la dificultad de encontrar personal es mucho mayor que en las zonas urbanas con mayor dinamismo. La oferta de posibles trabajadores es mucho menor; la pérdida de un trabajador puede representar un problema grave, pues su reposición será mucho más larga y complicada. Un problema adicional es que las personas con más iniciativa y formación abandonan las zonas rurales y se van dónde pueden encontrar más oportunidades.
En resumen, el trabajo ya no ocupa el lugar preponderante que tenía anteriormente, los trabajadores exigen más del trabajo y están dispuestos a aportar menos o lo harán pero de una forma distinta. El sistema educativo está poco dirigido al mundo de la PYME, y las empresas frecuentemente no están preparadas para incorporar con éxito a nuevo personal.
Como se ve, la lista de causas de la dificultad de encontrar trabajadores es larga y algunas son estructurales. El empresario no dispone de medios para dar solución a muchas de ellas, pero sí que puede emprender acciones efectivas encaminadas a tener más estabilidad en su plantilla y a poder cubrir las vacantes con algo más de facilidad.