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Las claves en la incorporación de un nuevo director

Es posible que a inicios de año se contrate a un nuevo director de ventas, producción o finanzas. Esto se debe a que el empresario ha identificado la necesidad de tener una persona encargada de liderar estas áreas clave, con el objetivo de mejorar la eficiencia y profesionalizar la empresa.

Contratar a un profesional externo para ocupar un puesto directivo supone una apuesta importante, especialmente cuando es la primera vez que se confía a alguien de fuera de la empresa la responsabilidad de dirigir una parte crítica del negocio. Aunque en un principio el candidato seleccionado puede ser el adecuado para el puesto, su éxito a largo plazo dependerá de su capacidad para adaptarse al entorno y demostrar su valía en el desempeño de sus funciones. Como se suele decir, "es difícil juzgar a alguien hasta que no se le conoce bien".

El empresario que el empresario tenga una visión realista y equilibrada del rendimiento del nuevo director. Debe tener cuidado en no dejarse llevar por unas expectativas iniciales excesivamente elevadas, pues el contacto con la realidad le producirá una frustración que le puede llevar a tomar decisiones drásticas y contraproducentes. Y tampoco debe caer en la trampa de “enamorarse” del nuevo fichaje y dejar que éste actúe sin que se le exijan resultados, pues cuando el enamoramiento llega a su fin el empresario puede encontrarse con una situación mucho peor que la inicial.

Para que la incorporación del nuevo director sea un éxito, es necesario que se consolide en la empresa como un profesional capaz de asumir sus responsabilidades y alcanzar los objetivos establecidos. Esto no significa que el nuevo director deba resolver todos los problemas de un área funcional en un plazo breve. La empresa es un esfuerzo colectivo y es responsabilidad del empresario hacer todo lo posible para asegurar el éxito del nuevo miembro del equipo.

Proporcionamos 6 puntos clave a llevar a cabo por el empresario para facilitar el éxito en la incorporación de un nuevo director.

1.- Definir bien los objetivos del área de negocio.

Es cierto que el profesional que se incorpora a la empresa puede aportar un conjunto de conocimientos y experiencia valiosos y puede trabajar en la definición de objetivos de mejora desde el inicio de su puesto. Sin embargo, es crucial que el empresario tenga una idea clara de los problemas específicos que se deben abordar con prioridad. Estos objetivos deben estar basados en las necesidades reales y relevantes de la empresa y no ser una mera declaración de intenciones. Por ejemplo, "quiero que alguien me lleve la producción" no es suficientemente concreto y es necesario definir con más detalle qué problemas concretos se quieren abordar y cómo se espera que el nuevo director contribuya a solucionarlos.

Los objetivos pueden ser tanto cualitativos como cuantitativos, dependiendo del puesto del nuevo director y de las necesidades de la empresa. Por ejemplo, un director financiero podría tener como objetivo reestructurar la deuda bancaria, mientras que un director de operaciones podría enfocarse en la creación y consolidación de un equipo de cuadros intermedios. Por otro lado, un director comercial podría tener como objetivo aumentar la captación de nuevos clientes en un 20%. Es importante también definir un plazo de tiempo razonable para lograr la consecución de estos objetivos.

2.- Dotación de medios acorde con los objetivos.

Es fundamental que el nuevo profesional tenga acceso a los recursos y medios necesarios para poder cumplir con sus objetivos. Esto no significa que tenga carta blanca para aumentar los recursos disponibles, sino que debe haber una proporcionalidad entre los objetivos que se le exigen y los medios de los que dispone. Los medios pueden incluir inversiones en nuevas herramientas, equipos o personal adicional, o simplemente el mantenimiento y uso adecuado de los recursos ya existentes. Es importante que la asignación de estos medios sea respetada y que se le permita al nuevo director utilizarlos de acuerdo a sus necesidades,

Si una persona no tiene los medios necesarios para realizar una tarea, difícilmente se le podrá exigir el cumplimiento de la misma.

3.- Preparar a la organización.

Es fundamental que el empresario defina con claridad las responsabilidades y funciones del puesto del nuevo profesional. Éste debe reflejarse en el organigrama de la empresa y especificar fielmente quién es su superior y quiénes son sus colaboradores. Además, es importante establecer canales de comunicación efectivos con el personal de la empresa para garantizar que la información necesaria para llevar a cabo los trabajos fluya de manera eficiente.

En términos de delegación de responsabilidades, es importante que el empresario evalúe cuáles de sus tareas puede pasar al nuevo profesional. Para que el empresario puede hacer bien su trabajo, no puede estar en la gestión del día a dia. Pero la delegación de funciones no significa abdicar de su responsabilidad como empresario en ese ámbito concreto, sino en medir periódicamente los resultados del trabajo de su colaborador. Una forma de medir el rendimiento del nuevo profesional es a través de indicadores, es decir, evaluando el nivel de consecución de los objetivos que se le han asignado. El empresario también recurrirá a su experiencia e intuición, pero estos elementos no pueden ser los únicos en los que basar sus conclusiones.

4.- Seguir un proceso profesional de selección de personal.

Para cualquier puesto clave, es esencial que el proceso de búsqueda y selección sea riguroso y profesional. Esto debe basarse en los objetivos, responsabilidades y medios necesarios para el puesto especificados en los 3 puntos anteriores, así como en la calidad profesional del candidato.

Un error común que puede cometer el empresario es intentar llevar a cabo todo el proceso de selección por sí mismo sin contar con la participación de otros profesionales. Esto puede resultar en un proceso de selección interminable, la contratación de una persona que no es la más adecuada para la empresa y la falta de preparación de la organización para la nueva incorporación. Por lo tanto, es importante contar con un equipo profesional y experto en el proceso de selección y asegurarse de que la empresa esté preparada para la llegada del nuevo profesional.

5.- Comunicación fluida entre empresario y profesional.

Es importante que el empresario tenga reuniones periódicas y formalizadas con el nuevo profesional para estar al tanto de los diferentes proyectos en su departamento y analizar los indicadores de rendimiento. Esto también permite conocer la situación personal del nuevo profesional dentro de la empresa y proporcionar el apoyo necesario durante sus primeros meses en el puesto. Además, es esencial que el nuevo profesional aprenda sobre la empresa, sus clientes, sus productos y cómo se llevan a cabo las cosas.

Pero el empresario también tiene la obligación de aprender de sus colaboradores, especialmente de aquellos que tienen formación, experiencia y carácter. Esto puede ser beneficioso para la empresa y ayudar a fomentar un ambiente de colaboración y aprendizaje mutuo. Por lo tanto, es importante establecer una comunicación abierta y una relación de respeto y confianza entre el empresario y el nuevo profesional.

6.- Respetar al nuevo profesional.

Es importante respetar las responsabilidades, funciones y medios asignados al nuevo profesional y confiar en su capacidad para llevar a cabo su trabajo de manera efectiva. Esto es especialmente importante si el empresario tiene la tendencia a microgestionar a sus colaboradores, ya que puede resultar contraproducente y generar malos resultados. Microgestionar significa intervenir en demasiados detalles del trabajo de alguien y tomar decisiones que seguramente deben ser responsabilidad del nuevo directivo. La microgestión exime de hecho al nuevo profesional de cualquier responsabilidad por sus resultados.

De cara al resto de personal, un directivo microgestionado públicamente por el empresario no es un directivo, es el nuevo chico de los recados. Se le perderá el respeto profesional, pues todos sabrán que quién manda de verdad es el empresario. Un profesional que se precie y tenga la edad adecuada abandonará la empresa al poco tiempo.

Asegurar el éxito antes de la contratación.

Es importante que el empresario discuta los objetivos y la asignación de recursos con el nuevo profesional antes de su contratación. De esta forma, el nuevo profesional no se encontrará con sorpresas, podrá conocer los trabajos que se esperan de él y los medios disponibles para llevarlos a cabo, lo que le permitirá entender cómo se medirá su rendimiento.

Además, esto le da la oportunidad al nuevo profesional de aportar su punto de vista y compartir su experiencia y conocimiento. Esto es beneficioso para la empresa y ayuda a establecer una relación de confianza y colaboración desde el principio.

 

 

 

 

Creado por: Jordi Gavaldà Dec 28, 2022 1:17:52 PM
Jordi Gavaldà
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Topics: Recursos Humanos, Dirección

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