El plan de viabilidad para una empresa en crisis, lejos de ser un documento teórico o económico-financiero, debería ser una herramienta que estableciera acciones y medidas concretas, claramente definidas y enfocadas a garantizar la continuidad de un proyecto empresarial. Vamos a ver cómo debería de ser y cuándo realizarlo.
¿Cuándo necesito hacer un plan de viabilidad para mi empresa?
Sólo excepcionalmente las dificultades llegan de manera inesperada y repentina de un día para otro, lo más habitual es que una empresa incurra en una situación crítica de forma paulatina, donde el deterioro de la organización se va agravando de manera gradual hasta llegar el momento en el que un día la empresa no puede más.
Es en ese momento cuando hacemos un acto de reflexión: ¿Qué ha pasado?, ¿Cómo ha podido ocurrir?, ¿Qué factores nos han llevado hasta esta situación?
Por un lado habrá que hacer frente a las deudas empresariales, pero también se tendrá que considerar:
- Lo que el empresario tenga avalado personalmente.
- Los préstamos que se pidieron para ir gestionando tensiones de tesorería y situaciones de pérdidas del pasado.
- Otras obligaciones contractuales que haya podido adquirir.
- El estado de los Fondos Propios de la empresa.
Errores habituales que cometen los empresarios
Es habitual que una vez que el empresario sabe que tiene un problema, cometa dos errores:
- Primero, intentar arreglaros por sí mismo sin considerar:
- Si hubiera tenido la solución, ¿no la habría aplicado antes de llegar a los límites en los que me encuentro?
- Con las cargas de trabajo que ya gestiono, ¿voy a ser capaz de sacar tiempo para el diagnóstico de la situación, la determinación de medidas correctivas y su implantación?
- Con las múltiples relaciones personales que mantengo con las estructuras internas de la empresa, ¿soy la persona ideal para implantar esas medidas de ajuste y reestructuración? - Después, intentar ayudarse de su entorno más cercano. Estamos en un país en el que todos tenemos un amigo o conocido que nunca niega su ayuda. Muy pocos saben decir “yo de eso no sé” arriesgándose a que el empresario en apuros considere la respuesta como una falta de cortesía o implicación en la relación personal que comparten.
Es común que también se cometa el error de solicitar ayuda a aquellas personas o equipos que no supieron evitar la situación en la que nos encontramos con anterioridad.
Después de haber probado los dos pasos anteriores, normalmente el empresario se plantea contactar con un profesional de la materia, y es entonces cuando en muchas ocasiones se llega tarde y nos encontramos con un final poco alentador.
Pedir ayuda a profesionales
Una empresa es como un ser vivo, sus necesidades cambian continuamente, también lo hacen sus circunstancias, su entorno y equipos humanos. De la misma forma que las personas vamos al médico cuando sentimos molestias o sospechamos síntomas de enfermedad, los empresarios deberían reflexionar sobre la necesidad de acudir a profesionales con mayor naturalidad y evitar, como les recomendaría el médico, entrar en dinámicas de autodiagnóstico o automedicación. También puedes revisar nuestro detallado artículo, cómo elaborar un Plan de Viabilidad paso a paso, te dará más información útil para su elaboración.
¿Qué beneficios se derivan de hacer un plan de viabilidad?
Lo más importante, es conocer, saber y tener la información necesaria para poder tomar decisiones.
- Conocer la situación real de la empresa y sus implicaciones.
- Conocer si luchar por el proyecto tiene opciones de éxito.
- Conocer si existen alternativas al funcionamiento actual.
- Determinar las acciones a emprender para cambiar los resultados.
- Evaluar si los cambios a realizar son asumibles.
En IBERDAC no solo te ayudaremos a hacer el plan de viabilidad ‘sobre el papel’, sino que te daremos las herramientas e instrucciones necesarias para llevarlo a cabo, mientras te acompañamos en el proceso. Puedes ponerte en contacto con nosotros para poder tener una primera toma de contacto y valorar de primera mano cómo podemos ayudarte.
