El Príncipe Hamlet lo hubiera tenido fácil si su dilema hubiera sido digitalizar la empresa o no digitalizar porque la solución es indiscutiblemente hacerlo.
Digitalizar la empresa es absolutamente necesario para adaptarse y ser más eficiente lo cual es estrictamente necesario para sobrevivir en estos tiempos convulsos de crisis constantes y de revoluciones tecnológicas.
Y cuando hablamos de digitalizar la empresa nos referimos a todo el negocio, a todos los procesos y a todo el personal.
Lo primero es tener una visión de cómo afecta la digitalización a nuestro negocio, a lo que nuestra empresa ofrece a los clientes. Hay que analizar cómo está cambiando el mercado, los clientes, los competidores con la implantación de la digitalización.
Nos tenemos que preguntar cómo compra el consumidor, cómo actúa nuestro cliente, cuál es la competencia en la parte digital:
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- ¿Los clientes compran nuestro producto o servicio por e-commerce?
- ¿Nuestros clientes han digitalizado sus procesos administrativos?
- ¿Con quién compite un hotel? ¿Con otros hoteles o con Airbnb? ¿Vende a través de agencias web, directamente, con tarifas diferentes...? etc., etc., etc.
- ¿Puedo dar servicios de consultoría remotos? ¿Son servicios diferentes a los presenciales? ¿Aplico diferentes tarifas?
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Todas estas reflexiones son responsabilidad del gerente o propietario Hamlet.
En cuanto a la digitalización de procesos hay que tener en cuenta que todos los procesos son digitalizables y que no se puede competir contra eso. El reto está en priorizar los temas y tener una visión de conjunto según la estrategia de negocio y sobre todo de integración. La pandemia del Covid ha puesto en evidencia en muchas empresas y servicios públicos que pueden mantener su actividad si trabajan en la “nube” y no dependen de la documentación en papel o las gestiones presenciales.
La identidad digital, la integración y comunicaciones, la información en la nube y las aplicaciones de gestión como el ERP, CRM, Ofimática, Workflows, etc. etc., etc., se han convertido en una necesidad indiscutible y no sólo en una mejora de la eficiencia.
La cuestión más complicada que tendría que resolver nuestro príncipe Hamlet a partir de aquí sería la de qué personal y colaboradores serían los adecuados o no adecuados. Para llevar a cabo la digitalización el personal debe reunir una serie de cualidades además de la cultura o conocimientos tecnológicos. Se trata de competencias relacionales como la autonomía el trabajo en equipo, el funcionamiento por objetivos y resultados por citar los más importantes.
Reclutar estas personas o llevar a cabo una formación del personal existente es clave para llevar adelante el proceso de digitalización y posicionar a la empresa en el siglo XXI.
Ser digital o no ser…. He ahí el dilema!!!!!
