Tengo un problema con mi socio, ¿Qué hago?
Tengo problemas con mi socio o mis socios. No me entiendo, no nos entendemos y no sé qué hacer o dónde acudir. Aunque no siempre ocurre, por suerte, es algo que pasa con más frecuencia de la que uno mismo desearía.
Algunas empresas están fundadas por dos o más socios a partes iguales. El que una empresa esté liderada por un equipo le da mayor capacidad de acción, pues es común que cada socio se responsabilice y aporte experiencia de un área concreta, como, por ejemplo, uno en ventas y el otro en operaciones. Pero lo que en un principio empezó como una aventura empresarial, con los años se puede haber consolidado como una sociedad que factura varios millones de euros, con decenas de empleados y un nivel de actividad importante.
Los socios normalmente son administradores solidarios, haciéndose corresponsables de los actos de los otros, o más raramente mancomunados, situación en la que es necesaria la firma de todos ellos para todos aquellos actos en los que deben actuar como administradores
Los Problemas con los Socios de la PYME
Si bien, el hecho de iniciar la andadura de la empresa con un equipo de varias personas en su dirección puede haber sido una buena idea en su momento, en algunas ocasiones este modelo de asociación desemboca en una serie de circunstancias negativas que pueden afectar gravemente a la empresa y a los propios socios administradores.
Es casi imposible que dos personas estén siempre de acuerdo en todo, por lo que si los desacuerdos son importantes y se producen en áreas fundamentales, se acabará generando un conflicto difícil de solucionar.
Los grandes desacuerdos acostumbran a producirse en las siguientes áreas:
- El nivel de implicación de los administradores.
Este va desde el desequilibrio en las responsabilidades asumidas, la cantidad de horas trabajadas o el trabajo en fines de semana, hasta la aceptación o no de avalar personalmente operaciones crediticias.
También pueden producirse conflictos de intereses, cuando uno de los socios es también cliente, proveedor o competidor de la empresa, o bien simplemente tiene otra actividad relevante fuera de la empresa.
Cuando las diferencias son grandes y sostenidas en el tiempo, el más implicado (que no significa necesariamente que sea el que más resultados produce) acaba sintiendo una situación de agravio comparativo. - El modelo de negocio. Todas las posibilidades que ofrece el mercado para vender y para llevar a cabo las operaciones son posibles desacuerdos. Cada socio puede tener sus ideas de cómo es la mejor forma de llevar la empresa, y pueden no coincidir con el otro.
Por ejemplo, una nave se puede alquilar o su puede comprar, cada opción tiene sus ventajas e inconvenientes, pero el impacto sobre la empresa es relevante. El desacuerdo continuado puede llevar a una parálisis en la toma de decisiones de la sociedad. - Las retribuciones. La retribución del socio incluye tanto el salario como la parte de beneficios que deben distribuirse como los préstamos que hace la empresa a los socios para financiarles operaciones personales. Si la empresa tiene unos buenos resultados, puede asumir un alto nivel de retribución a los socios y/o prestarles dinero. El problema se produce cuando los resultados no son tan buenos y se mantiene un nivel alto de salidas de tesorería hacía los socios.
La situación de desacuerdo puede verse influenciada por las personas que constituyen el círculo más íntimo del socio, su familia. Y también es común que los socios no solo sean socios, sino que también son parientes más o menos cercanos, lo que provoca que el potencial problema tenga efectos en varios niveles y sobre otras personas con las que se mantienen vínculos afectivos.
Otro elemento que agrava la situación y que incide en evidenciar los problemas entre los socios, es el otorgamiento de importantes garantías personales en las operaciones crediticias de la empresa. Los socios se sienten atrapados y pueden encontrarse con muchas decisiones tomadas por su homónimo con las que están fuertemente en desacuerdo. La incapacidad de iniciar proyectos económicamente equivalentes fuera de la empresa y la vinculación emocional con la misma son factores que puede agravar la sensación de estar atrapados.
Las Soluciones a los Problemas con los Socios de la PYME
Cada situación presenta unas características únicas, pero para solucionar la situación es necesario dar una serie de pasos.
- Reconocer públicamente el problema. Muchas veces el socio que se considera agraviado es consciente del problema, pero no hace público su desacuerdo porque considera que la situación no es tan grave o que ya se arreglará con el tiempo.
En estos casos, el tiempo no arregla el problema, sino que tiende a empeorarlo, tanto en la parte que afecta a la empresa como en la parte que afecta a la situación personal o patrimonial de cada socio. Un problema en sus estados iniciales es más fácil de resolver que un problema enquistado en el tiempo. Todos los socios deben ser conscientes de la existencia del problema. - Conocer y expresar sinceramente los propios intereses, así como escuchar los del otro socio. Cada socio debe comunicar de forma clara sus intereses y entender los de su socio. Si se conocen los intereses de todas las partes, es posible encontrar una solución; si no se conocen bien, encontrar una solución será principalmente obra de la casualidad. Una persona y una empresa no pueden permitirse ese lujo.
- Reconocer lo que aporta cada socio a la organización. Este ejercicio debe ser honesto, sin exagerar las aportaciones personales ni infravalorar las de la otra parte. Es necesario separar la aportación de cada socio en el capital de la empresa de su participación en la gestión de la misma. Tener un porcentaje de acciones no es garantía de que su propietario sea un buen comercial o un buen jefe de taller.
- Reconocer que es lo que puede cambiarse y que es lo que no puede cambiarse. Dentro de la empresa, los socios pueden cambiar cosas. Sus responsabilidades, su nivel de retribución, o sus ideas de cómo debe funcionar el negocio. En este caso, si los cambios son de mutuo acuerdo y las dos partes los aceptan como justos, el proyecto común puede continuar, aun en el caso de desacuerdo en puntos menores. Pero si el desacuerdo se produce en áreas relevantes, lo mejor para la empresa y los socios es interrumpir la andadura conjunta. Se inicia entonces un proceso más o menos complicado de separación, que normalmente pasa por que un socio compre su participación al otro.
Sea cual sea el camino elegido para solucionar la situación, es mejor tomarlo cuanto antes mejor, porque los conflictos no resueltos no son el mejor entorno para dirigir con éxito una empresa. En ocasiones, la situación delicada en la que puede encontrase una empresa puede atribuirse al bloqueo de decisiones que se creó en su momento por un desacuerdo entre socios y que éstos no han sido capaces de resolver.
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